CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO




EL FIN DEL MUNDO

De vez en cuando

Para seducirme mi cuñada

Que es testigo de Jehová

Me habla del fin del mundo

Y yo le digo que ella, que es honrada

No debiera de follar tanto

Como hacen las Hijas de Dios

Que paren como conejas

O las católicas apostólicas

Que aceptan los hijos que Dios les de

Tragándose el semen

De sus machistas esposos.

Un día, mi cuñada

Me llevó por los cerros de Úbeda (Jaén)

Por donde ni Dios nos viera

A follar como burro y jumenta

Hechos dos terribles fieras.

Ella me dio de su tórtola halagüeña

Metiéndole yo Amor

Hasta tocar su campanilla.

-Traga, serranita, traga

Semen de mi huevera

Que puede ser que mañana

No puedas tragarle

Porque te conviertas en calavera.

Una vez hecho el Acto

Ella dejó sus piernas medio abiertas

Reposando yo mi cabeza

En su tórtola halagüeña,

Me quedé dormido entre sus pelos

Hasta que un astuto perro sin amo

Me lamió el pene con la lengua

Mordiéndome un huevo, el derecho

Dando yo tal grito

Que tembló toda la sierra

Haciéndole despertar a ella preguntando:

-¿Ya estamos en el Paraíso?

-Sí, le contesté yo

Sacándole la lengua.